La existencia sobrenatural de los difuntos (pp. 113-124; DOI: 10.23692/iMex.16.8)

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Alma Barbosa Sánchez

Alma Barbosa Sánchez es profesora de la Universidad Autónoma Metropolitana, campus Iztapalapa. Su área de investigación es sociología de la cultura.  Sus publicaciones más recientes son el libro La estampa y el grabado mexicanos, tradición e identidad cultural (Ediciones del Delirio 2015) y el artículo «El simbolismo pictórico de Remedios Varo» en la Revista Sans Soleil – Estudios de la Imagen (2016).

As in most of Mexico’s contemporary indigenous communities, in Ocotepec, Morelos the funerary culture preserves two primordial postulates of the Mesoamerican religious imaginary: the body-soul duality and the life-death duality. According to the first postulate, the soul of the individual survives the death of the body and, symbolically, remains in the family home for nine days before embarking on a supernatural journey to its rightful place in the afterlife. The funeral honors involve two burial rituals: the first is for the body. Nine days later, it is needed to symbolically place the soul in the body sepulcher post mortem. From then on, the ritual imaginary conceives that the soul undertakes a supernatural journey, through hostile territory, where it faces various obstacles and the threat of ferocious animals. However, the soul has the funeral offerings that the living have deposited, in the coffin of the body post mortem: provisions of food, water, and clothing, among other items necessary to overcome the obstacles of the supernatural world.

The postulate of the life-death duality states that both are complementary and mutually feed each other. Every time, living beings feed on the death of other beings. Conversely, death feeds on life. While the living contribute to the supernatural existence of the deceased through constant food offerings; the deceased possess the capacity to contribute to the fertility of the agricultural cycles that are translated into abundant harvests. From their supernatural condition they collaborate in the sustenance of the community. Therefore, through its oral tradition and funerary ritual, the community of Ocotepec celebrates the Mesoamerican worldview that stages the relationship of interdependence and feedback between life and death, body and soul, the material and supernatural world.

 

Como en la mayor parte de las comunidades indígenas contemporáneas de México, en Ocotepec, Morelos, la cultura funeraria preserva dos postulados primordiales del imaginario religioso mesoamericano: la dualidad cuerpo/ánima y la dualidad vida/muerte. De acuerdo al primer postulado, el ánima del individuo sobrevive a la muerte del cuerpo y, simbólicamente, permanece nueve días en el hogar familiar, antes de emprender un viaje sobrenatural al lugar que le corresponde en el más allá. Los honores funerarios involucran dos rituales de entierro: el primero corresponde al cuerpo. Nueve días después, corresponde emplazar simbólicamente el ánima en el sepulcro del cuerpo post mortem. A partir de entonces, el imaginario ritual concibe que el ánima emprende un viaje sobrenatural, por un territorio hostil, donde afronta diversos obstáculos y la amenaza de feroces animales. No obstante, el ánima cuenta con el ajuar funerario que los vivientes han depositado, en el ataúd del cuerpo post mortem: provisiones de alimentos, agua, y vestimentas, entre otros elementos necesarios para vencer los obstáculos del mundo sobrenatural.

El postulado de la dualidad vida/muerte plantea que ambas son complementarias y se retroalimentan mutuamente. Toda vez que los seres vivos se alimentan de la muerte de otros seres. De manera inversa, la muerte se alimenta de la vida. Si los vivientes contribuyen a la existencia sobrenatural de los difuntos mediante constantes ofrendas de alimentos; los difuntos poseen la capacidad de contribuir a la fertilidad de los ciclos agrícolas que se traducen en abundantes cosechas. Desde su condición sobrenatural colaboran en el sustento de la comunidad. Por ende, a través de su tradición oral y su ritualidad funeraria, la comunidad de Ocotepec celebra la cosmovisión mesoamericana que escenifica la relación de interdependencia y retroalimentación entre: la vida y la muerte, el anima y el cuerpo, el mundo material y sobrenatural.