Sandra Lorenzano
PUDO HABER PASADO
Pudo haber pasado
pude haberme sumergido completa en tu piel
pude haber aprendido idiomas antiguos
para susurrarte todas las historias
pude haber bordado entre tus piernas
el relato de mi desconsuelo
pude haber muerto en tus brazos
después de la peor de las batallas
o rastreado en tus ojos la huella de otros viajes
pude haber llorado ante los siete mares
las manos cubiertas de musgo
como un barco hundido hace mil años
pude haber sido la que te arrullara cada noche
y repitiera contigo los nombres secretos…
Pudo haber pasado
pero estoy sin cuerpo y sin palabras
sin la voz que me heredaron mis abuelas
sin las migas de pan que marcaban el camino
Pudo haber pasado como pasan
los ríos
y el viento.
LO QUE HEMOS ELEGIDO
Cuando las palabras no cuentan
cuando son una soga en torno al cuello,
el ahogo busca huellas en los viejos cuentos.
Todo es entonces signo ominoso:
la primavera nació negra
y con gesto de tormenta;
el mar fue espejo de pesares,
puerto cerrado a cualquier ventura.
Pero la piel tiene memoria
y aquella cicatriz lleva tu nombre
y esa es la caricia de una tarde cualquiera.
Seguiremos tejiendo desencuentros.
Eso es lo que hemos elegido:
juntar piedras para nadie.
Primera edición: Publicada en Revista de la Universidad de México
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